La construcción de poder en la Modernidad Temprana de España
Relaciones entre religiones en El Abencerraje y la hermosa Jarifa
La historia de El Abencerraje y la hermosa Jarifa presenta el relato de un noble musulmán Abindarraez Abencerraje quien está buscando a reconectarse con su amor, Jarifa, en el periodo de conflicto constante entre los cristianos y los musulmanes. En su búsqueda, se enfrenta con Rodrigo de Narváez, un alcaide cristiano, y es derrotado. Sin embargo, Narváez, inspirado por su cuento de amor y sufrimiento, le permite pasar a buscar a su amor con la promesa de que Abindarraez regresa a ser un prisionero en tres días. Abindarraez encuentra a Jarifa, y deciden ir juntos a ser prisioneros de Narváez en otro pueblo. Después de un periodo breve de servidumbre, Narváez les dejan libre para disfrutarse el resto de su vida juntos. La pareja intenta pagar a Narváez por su generosidad, pero él niega su dinero y todos se convierten en buenos amigos, viviendo alegremente por el resto de sus vidas. Aunque la obra puede parecer una historia de amor y generosidad simple y agradable, tiene otras implicaciones importantes. Por haber sido escrito después de la reconquista, es una representación escrito por un cristiano sobre cómo era el conflicto entre los musulmanes y los cristianos. El autor pinta una imagen de un conflicto menos sangriento y perturbador y presenta los líderes cristianos como amables y justos. Este hecho refleja el deseo de presentar el conflicto con resuelto y el reino de los cristianos como justificado.
Este tema es revelado a través de la caracterización de uno de los personajes principales, Rodrigo de Narváez, el alcaide cristiano. El cuento empieza con la presentación de este personaje como “notable en virtud y hechos de armas. Este, peleando contra moros, hizo cosas de mucho esfuerzo…” (48). Es presentado como un buen luchador y capaz de derrotar a los musulmanes, un rasgo respetable por la época. Continua a caracterizar este personaje por su respuesta al cuento triste de Abindarraez sobre la matanza de los Abencerrajes y la separación de su amor Jarifa: “(Abindarraez) – Rodrigo de Narváez, si vos eso hacéis, habréis hecho la mayor gentileza de corazón que nunca hombre hizo, y a mí me daréis la vida” (70). A través del altruismo y compasión de Narváez, el autor logra dos cosas. Primero, desarrolla el personaje de Narváez como no solo un maestro de la guerra, sino que también compasionado y justo. Él podría matar al musulmán (como era normal), pero decide dejarle vivo y más que eso, le deja buscar a su amor. Segundo, el autor instantemente crea la situación de un musulmán subordinado al cristiano. En vez de ser algo cruel o injusto para los musulmanes, esta situación de subordinación eventualmente resulta en la reconexión de Abindarraez y Jarifa y la amistad entre los tres. En esta manera, las acciones valiosas e inspiradoras de Abindarraez no produce un fin feliz, sino que las acciones de la autoridad cristiana son el enfoque del cuento. El autor crea una estructura del poder con los cristianos encima, pero lo hace en una manera que parece amable y generosa.
En el fin, el lector cristiano se queda con la idea de que la reconquista era algo justo, civilizado, y que resultó en una situación de cooperación entre-religiosa. Israel Burshatin en su artículo “Power, Discourse, and Metaphor in the Abencerraje” expande con esta idea para incluir la caracterización de Abindarraez sí mismo como romantizado (canta y se veste bien, es respetuoso y sigue los mandatos de Narvaez). En la opinión de Burshatin, el moro bueno es descrito adentro del lenguaje del conquistador con la intención de no solo mostrar un ejemplo posible de ser la minoría en la sociedad cristiana, sino que también presenta la superioridad y nuevo poder de los cristianos sobre sus rivales religiosos (212-213). Juntos, la caracterización de ambos Abindarraez y Narváez ayuda a crear una percepción de la sociedad después de la Reconquista como arreglada, organizada, y más que nada, justa.